Publica Melisa Melcer
Nos levantamos a la mañana, nos metemos en un coche que corre en un subterráneo, salimos después de viajar entre luz eléctrica; respiramos dos minutos el aire de la calle en la superficie, nos metemos en un subsuelo o en una oficina a trabajar con luz artificial. A mediodía salimos, prensados, entre luces eléctricas, comemos con menos tiempo que un soldado en época de maniobras, nos enfundamos nuevamente en un subterráneo, entramos en la oficina a trabajar con luz artificial, salimos y es de noche, viajamos entre luz eléctrica, entramos a un departamento o la pieza de un departamento a respirar aire cúbicamente calculado por un arquitecto, respiramos a medida, dormimos con metro, nos despertamos automáticamente, cada tres meses compramos un par de botines de cartón cuero, cada seis meses renovamos un traje; cada años nos deterioramos más el estómago, los nervios, el cerebro, y a esto los cien mil zanahorias le llaman progreso!
Roberto Arlt
lunes, 6 de octubre de 2008
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